miércoles, 29 de octubre de 2008

Problemas de la teoría de la justicia


  • El primer problema es que había una gran disparidad entre la empresa Ford y los compradores. Lo que la empresa ganaba con la venta del modelo Pinto era mayor que lo percibido por los compradores. Los compradores ganaban porque tenían un modelo barato y atractivo; sin embargo, tenían el gran potencial de verse afectado por accidentes de carro y resultar perdiendo el auto y siendo herido o muerto.
    Podría haber tres posibles soluciones a este problema de justicia. Por un lado, Ford podría haber prohibido la comercialización del modelo. De esta forma, esta empresa no ganaría nada, porque no tendría ventas de este modelo, y los clientes no se verían afectados por tener vehículos con el potencial de herirlo de gravedad. Por otro lado, Ford podría haber solucionado el problema de disparidad si hubiese arreglado el desperfecto en la parte de atrás de todos los autos vendidos. Por último, podría haber justicia en este problema si todos los stakeholders tuvieran el mismo nivel de información acerca del potencial de siniestrabilidad del Pinto, es decir, si Ford hubiese divulgado la información acerca de los estudios del modelo.



  • El segundo problema fue que había disparidad en la posibilidad de tener acceso a la justicia entre las partes del problema anterior.
    Los funcionarios de Ford tenían los recursos suficientes como para hacer lobby y presionar al gobierno estadounidense para que pospusiera lo más posible la promulgación de leyes más exigentes en cuanto a seguridad vehicular. Los clientes no tenían los suficientes recursos como para presionar de la misma manera al Gobierno.
    En este problema, la justicia podría haber llegado si el gobierno estadounidense no se hubiese dejado influenciar tanto por el lobby ejercido por Ford; sin embargo, lo que Ford podría haber hecho es dejar que el Gobierno decretara autónomamente las leyes de seguridad vehicular que considerase pertinentes sin influir en éste. Por parte de los clientes, estos podrían haber obtenido cierta justicia si se hubiesen juntado como un grupo para quejarse formalmente ante el Gobierno. Este gran número de personas definitivamente habría ejercido más presión que un grupo reducido de querellantes.

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